¡Estoy embarazada!

¿Cómo?, ¿Y cómo se te ocurre no haberlo consensuado con nosotras?, ¿Acaso crees que era más importante la opinión del futuro padre de tu hijo que la nuestra?

¡Menudo desorden! Esto de estar preñada debería ser una decisión que se toma después de haber pasado por un estricto referéndum entre tus amigas del alma. Las de toda la vida vaya; aquellas con las que aprendiste a distinguir los colores, y a colocarte en orden por alturas en la fila; a hacer grupitos de populares, bailes con grandes coreografías, y a pelearte por secretos guardados a voces… Aquellas con las que hiciste guerras de pan con nocilla, con quién jugaste a ver a quién se le escapa el fluor de la boca haciendo caretos delante del espejo, o con las que el camino de vuelta a casa, de teóricamente 20 minutos, se convertía en una hora de trayecto; y así un largo etcétera y un largo sin fin de estupideces que conforman la amistad de toda la vida.

 

Vale, muy bien, tu estás preparada, y a tu reloj biológico se le ha disparado la alarma desesperadamente: Sí, eso lo entendemos, pero ¿No podías haber programado la alarma para 2016?, ¿O para cuando a Madrid le toquen unas Olimpiadas, por ejemplo?

Si no es que no nos haga ilusión, eh, que nos la hace, ¡Y mucha! Que esto parece una experiencia emocionante, interesante, alucinante, y… ¡asfixiante! Lo de que te esperaras lo digo, más que nada, porque nosotras no estamos preparadas. Ahora tenemos que darnos cuenta de que van pasando los años, y asumir esa gran presión social de perpetuar la especie humana, (y sinceramente, con lo de emanciparse y encontrar trabajo, o viceversa, ya tenemos de sobras).

 

Porque vamos a ver: mientras el bebé está ahí dentro de tu barriga muy bien, todo controlado, de ahí no se mueve, pero en cuanto sale, qué haces. De pronto tienes a un ser vivo a quién alimentar, cuidar, querer, educar, enseñar; tienes entre tus manos una cosa que es frágil e inocente, que no sabe nada, de nada, y que depende absolutamente de ti, y a la que tienes que ir creando, poquito a poquito. ¡PELIGRO! ¿No?, O tal vez sea mi poca predisposición a asumir grandes compromisos… Yo, personalmente, no sabría que hacer, creo que lo pondría ahí, en el hueco de la tele y me sentaría en el sofá a mirarlo. Luego le sacaría una foto y pondría un tuit: “mi #hijo en casa. #CosasDeLaVida”. Pero si una vez planté un trébol que me regalaron en una boda; venía con instrucciones y todo, era bastante fácil la cosa, y después de regarlo, mimarlo y hablarle un poquito creció torcidísimo y de un color moradito impropio de un trébol…

 

Pero debo añadir, que a pesar de no haber habido ninguna consulta popular referente a este tema, te deseamos lo mejor, y prometemos malcriarlo mucho para darte más trabajo.

yo también hablo de Pistorius

Que alguien sea capaz de tomarse la libertad de matar a otra persona. Que se crea con el derecho de acabar con su vida, con sus sueños, con su todo, de un plumazo… no hay forma de entenderlo.. ¿Qué le pasa al cerebro humanos en un determinado instante para llegar a esos límites de brutalidad? Debe haber un error de sistema, que los neurólogos del mundo aún tienen que descubrir.
Yo pensaba que lo que nos diferenciaba de los animales era esa capacidad de razonar; creía que eso de matarnos entre nosotros se lo dejábamos a otras especies del reino animal, y además, nos vanagloriamos de ello. ¡Pero no es así! Me asfixia pensar que hay personas capaces de poner fin a la vida de otras.

¿Hay algo que lo justifique? Porque no es un loco, o dos… un caso anecdótico, sino que son Guerras, son motivos políticos, pasionales, religiosos, jóvenes que entran en colegios acabando con todo lo que se les pone por delante…y se llenan los telediarios y los periódicos con ello cada día, pero nosotros somos tan listos, tan educados, y tan inteligentes, que todas esas barbaridades no van con nosotros.

Somos tan perversos que lo comentamos, y le damos más cuerda al tema, porque como más escabrosa, más corre la noticia. Hacemos bromas al respecto, o hablamos de estas cosas mientras comemos, como quién habla del tiempo en un ascensor. Todas esas brutalidades forman parte de nuestra cotidianidad, porque siempre hay alguna. Yo misma lo comento en un post, por ejemplo.

 

Ayer, en el tiempo de deportes del informativo de la noche volvían a dar la noticia del presunto asesinato de Pistorius a su novia, a esa escalofriante noticia le seguía la del asesinato a puñaladas a un ex jugador de básquet por su pareja. ¿Pero qué locura es esta? Lo más irritante es que la violencia doméstica forma parte del pan nuestro de cada día; todos hemos presenciado en algún momento muestras de falta de respeto entre dos personas que, teóricamente, se quieren, y seguramente, no hemos hecho nada. Que forma más rara de querer tienen algunos…

Pistorius: un hombre que tenía todo lo que la mayoría desea: Éxito, amor, estabilidad económica… Alguien que representa palabras tan especiales como: superación, capacidad, confianza, creer en que el querer es poder, ser capaz de romper tus límites. Una figura mediatizada en los últimos tiempos para representar ante el mundo todos estos valores, un personaje utilizado como ejemplo, icono y referente para niños, y para cualquier persona que se proponga objetivos aparentemente difíciles de conseguir. Y todo eso que había construido, que había conseguido, se derrumba sin remedio después de ayer.

3=26

Seguro que nos peleábamos. ¡Seguro! ¿Cómo quieren que no lo hiciéramos? Si éramos cinco en un espacio tan pequeño, compartiendo la fuente de alimento y creciendo sin parar; sin ningún tipo de normas, ni de control, dentro del cuerpo de mi madre. (Luego nos quejamos de los pisos pequeños…. Hay que ver, ¡Que prontoolvidamos!). 
Ahí dentro tuvo que pasar de todo, hubiese sido un buen reallity… Mi teoría principal es que yo era la más espabilada, y que con la excusa de que no veía bien me ponía delante para comer antes que nadie, y claro, así salí, la más gorda de todos, con mi quilo y cien gramos. (Lo que vendría a ser un paquete de arroz y un poquitín extra). Pero luego, una vez salimos a la calle, se tomaron la revancha. No tenían ningún tipo de compasión conmigo, cosa que agradezco eternamente, a ellas y a mi hermano mayor. Lo de “quita el cabolo de delante de la tv”, por ejemplo, es una de las cosas que más bien me hicieron, (ya lo explicaré mejor otro día).

Lo de nacer es asombroso. Supongo que como sólo lo haces una vez en la vida, y hace tantísimo tiempo, luego eres incapaz de recordarlo. Encima en mi caso fue un momento caótico, arriesgado, y con un bebé de propina para animar el espectáculo, y para desconcertar a los médicos. Maldita memoria que no nos deja recordar momentos tan épicos y emocionantes como esos. Me fascina que alguien tenga un barrigón enorme, con “algo vivo” dentro y que de pronto salga ese “algo vivo” que tiene que convertirse en una persona feliz. Y que es responsabilidad de los seres que le rodean, que en su momento fueron el “algo vivo aún por desarrollar”, y ahora deben ayudarle a convertirse en “algo vivo y muy feliz”. Es para alucinar la evolución de la especie…

Tengo unos calambres en el estómago, ¿serán los nervios de cumplir años?  
Creo que una de mis hermanas se pone de mal humor cada vez que se acerca nuestra fecha señalada, está más susceptible y nostálgica. No se da cuenta, pero yo vengo observándolo desde hace unos años. A mi, en cambio, me pasa todo lo contrario y me lleno de energía. Eso es  porque me parece genial poder compartir ese día, la fecha más señalada. Lo que nos une es único y es indestructible, y eso es digno de celebración.
Tengo la suerte, y quiero celebrar poder compartir mi vida desde el mes -7 hasta el año 26 con dos personas espectaculares. 
Debo que decir que mis hermanas dicen que soy fría, directa, y a veces desagradable. Me quieren eh, no vayáis a pensar que nos llevamos mal, todo lo contrario. Pero tienen razón: soy fría, directa, y a veces rozo lo desagradable, pero como argumenta una de ellas: “eso es porque digo las cosas como las pienso, y como no las quieren oír”. Ese es mi rol en este trío, ¡soy el Pepito grillo de las narices! No es que me disguste, asumo mi papel con orgullo y dignidad, pero a veces me resulto un poco insoportable. Así que he ido matizando mi personaje para que no falte nunca el sentido del humor, así no resulto ser un grillo tan insoportable.

Mí quiropráctico dice que no me ha ido bien en los Juegos porque los anillos olímpicos son cinco, y yo perdí dos al nacer. Cierto, dos se quedaron atrás. Sin embargo, lo que el no sabe es que los Agitos paralísmpicos son tres, y tres son las que sobrevivimos; dispuestas a dejar huella en esto de la vida.Image

DAFO

Hoy he ido al banco. Creo que es la primera vez que voy sola al banco sin la supervisión de un adulto. Conclusión: ya soy adulta; ha llegado la hora de gestionar mi patrimonio. Eso no va a ser tare difícil, dado que no hay mucho qué gestionar. En cierto modo es mejor que sea así, para poder asumir mis responsabilidades de manera gradual y con resultados, seguro, satisfactorios, (y no entrar en pánico).
Pues bien, después de una larga charla con la, agradable y simpática, chica del banco, que ha contestado a todas mis dudas perfectamente, después de que saliera el director de la oficina  a saludarme: “Carla, hola. Es un placer saludar a una olímpica”, y después de mi cara de “¿Cómo sabe usted eso?” no he firmado nada, claro.
Resulta que antes de ir hoy al banco un amigo mío me dijo: “no firmes nada”, y yo pensé: “pero no voy a sacarlo todo y meterlo debajo del parqué, ¿o si?”, un poquito más tarde, mi amiga Masría, que estudió ADE, me dijo: “no firmes nada”. Así que concluí en no firmar nada, de nada y quedarme con todos los tipos de interés, plazos y demás, para contrastar información y tomar una sabia decisión. (Y para hablar con María, claro). Justo antes de irme, la chica del banco me preguntó si me gustaban estas cosas, que veía que entendía un poco del tema. ¡Asombroso! Transmito seguridad y control sobre temas que no domino.

Todo eso me hizo pnesar en que la cantidad de cosas que aprendimos de más jóvenes que vete tú a saber en qué lugar recóndito de mi mente están. Por ejemplo las “Mates aplicadas a las Ciencias Sociales”: Me pasé todo el bachillerato suspendiendo, y no porque mi profesora no le pusiera empeño en que yo aprendiera, -os aseguro que Leonor lo intentó de veras-, pero mi cerebro no encontraba la manera de retener ese tipo de información. Luego llegó la selectividad y ¡aprobé las matemáticas con un 6.5! Lo cual bajó mi media, pero me llenó de orgullo y satisfacción.
Sin embargo, otras veces tienes la suerte de tener profesores que te calan hondo, que te transmiten su saber, y sus ganas de conocer, y así hacen que aumente tu interés por la materia y para aprender. A mí me ocurrió con la economía, ¿quién lo diría, no? Pues sí, me enganchó bien. Además hacíamos una asignatura, con la misma profesora que nos daba economía, que se llamaba Organización de empresa que me enganchó aún más. ¿Saben con quién? Con mi amiga María.. (Aunque tengo que decir que ella copiaba de mis exámenes, y luego milagrosamente sacaba medio punto más que yo.No bajábamos del 8,5 nunca, -Aunque, tal vez esta última información se haya distorsionado debido el paso del tiempo, y el efecto mitificador de éste en los recuerdos-, pero en efecto, ¡éramos buenas! Y además, lo pasábamos bien aprendiendo.

Allí escuchamos hablar por primera vez sobre “hacer un DAFO”; (Seguro que María luego se aburrió de escuchar todas esas cosas y sus derivados, pero a mí se me quedó bailando en la cabeza la palabrita).

DAFO:  Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Debíamos construir un cuadro en el que anotar esas características de nuestra empresa, para mejorarla y ser exitosa y productiva. (Seguramente esas no eran las palabras, pero yo lo recuerdo así).

Bien, es de las cosas más importantes que he aprendido, puesto que es aplicable a cada uno de nosotros cuando queremos proponernos algo nuevo, un nuevo reto por conseguir.

Analiza tus debilidades, asúmelas y trabaja para eliminarlas.

Observa lo que falla a tu alrededor, o lo que amenaza para conseguir tu objetivo, e inventa soluciones para afrontarlo, prepárate para los posibles inconvenientes.

Mantén tus valores, tu forma de proceder, la magia que te hace grande para conseguir tus retos

Y aprovecha todas las oportunidades que se presenten por el camino, deberás estar vivo y despierto para poder adaptarte a la corriente.